
A lomos del pollino, más que el eoeoe, lo que tenía que escuchar era el silencio de la soledad. Y se preguntaría que por qué le ibamos a hacer eso.
Me lo figuro y me sobrecoge lo poca cosa que somos.
Se supone que si no tienes un sitio por aquí, no eres nadie. Una vez superada la fiebre de los dominios, cualquiera tiene su rincon el forma de güeploc. Menuda tontada, pero ya que estamos, algo haremos, ¿no?
4 comentarios:
La entrada y la estampa de hoy, preciosa Pianista.
Y sí, sobrecoge. Pero a la vez consuela saber que Pedro, el mismo que le negó tres veces y que antes había cortado una oreja al soldado que iba a detener a Jesús, es el que edifica la Iglesia.
Somos de barro, pero hijos de Dios.
Precioso, la entrada y el comentario de Dulci.
No me atrev o a decir nada
Muy bueno, pianista. (aunque yo no consigo ver la foto, me imagino los hossannas)
Haces pensar... Y eso es bueno, al menos para mi.
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