Un tío en una barca, vale. Anda, chaval, ¿te vienes a ver si pesco unas sardinas o algo? Joé, papa, qué taladro, yo me quedo viendo el clanteube o a la Chaquira o alguna de esas pelanduscas, que es que son todas que pa qué. Venga, va déjate de rollos y tira p'alante, que ya te vale, todo el año sin dar palo al agua, te van a salir tentáculos para no moverte.
Y allá que se van, las cañas, la chalupa, lo de los cubitos y unos cebos que huelen fatal y son feos. Peor los gusanos. A ver si no, y peor el que tiene un negocio de venta de gusanos, pedazo de guarro. ¿Y la merluzas? ya me dirás tú, qe para comerse eso hay que tener un hambre, y encima con anzuelo, las pobres.
Pues yo estaba mejor con la Play. O viendo a la Belloncé. O tumbao en el sofá. Joer qué taladro, papa. Calla, anda, y pásame los cebos, qué tostón de chaval, joer. Si al menos hubiese furbo. Las suecas allí tostándose y una chinarra que tiene las uñas negras, masaje, masaje quiele masaje, pero no las oyen, claro.
Y pasa lo que pasa.
Uy, menudo tirón. Esto ha dse ser una tún hermoso. Joé papa, déjalo, que luego estamos comiendo empanadilals tres semanas seguidas. A ti, todo lo que no sean macburguers... Anda, ayúdame, que este tira de lo lindo... Chop, chop flas, flas... Oye, papa, ¿los atunes tiene las aletas como los tiburones? Pues... no, claro que no. Pues papa, o eso es un tiburón como la copa de un pino o ves menos que un gato de escayola.
Y, hala, a tirar, porque ya que está, a ver qué haces ahora. Y venga arastrar, ahora dale carrete, ahora déjale, ahora tira que te tira, despacio, acercándolo poco a poco y procurando que no le de tirón para que no lo rompa, y a esperar, a cansarlo sin cansarse.
Y en ese rato, después de las chaquiras y las Rianas y los Guardiolas y los Romualdiños, se les acabarían los temas tontos y hablarían de algo interesante, o mirarían las nubes y se pasarían el agua, porque tantas horas bajo el sol y con todo el reflejo tampoco es bueno, y pensarían en cómo les recibirían cuando llegasen con aquel bicho, te imaginas que lo llevamos vivo y le cortamos el sedal a dei metros de la orilla, pero mira que eres bruto, las luecas corriendo como locas y al china, masaje masaje, y los del frisbi y el voleiplaya de ligoteo que ni ligan ni juegan, corriendo como gamos en laa arena, o sea fatal, y les daría la risa, claro.
Y sedal y sedal, carrete y agua para no calentarlo, da miedo, pero es bonito, fíjate qué piel. jo pobre, ahora hasta me sabe mal, y menuda tarde, quién se lo iba a imaginar.
Siempre hay un tonto que dice que en el Mediterráneo no hay tiburones. Eso, en el Caribe, en los mares cálidos. Exacto burro, y vigila que no te coma un oso polar. Tarugo, joer, bronceado, pero tarugo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Oye, que tienes razón. Que era un tiburón de dos metros. Ya dije que no dudaré más de tus historias de tiburones, jua, jua, jua,
El padre de la criatura ha pedido la cabeza y se la han dado. ¿La disecará? A mí me daría miedo tener ese bicho con la boca abierta en casa.
Pero tú tranquilo Pianista porque ahora dicen que los marrajos, tintoreras y tiburones del Mediterráneo son vegetarianos.
Para que los turistas les echen miguitas y lechugas, supongo.
Ha pedido la cabeza del tiburón, no la de su hijo, se entiende.
Si es que yo lo llevo avisando hace años, pero nadie me hace caso, Dulci. Eso y lo de la loca de los rizos que me persigue de incógnito, cosas del espionaje, que para mi que es una ex agente de la Stasi que sigue sin creerese que el Muro de Berlín cayó. Cualquier día me saca en los papeles. Ya lo he avisado.
Publicar un comentario