En el andén, mientras esperamos la llegada del metro. Repito, por accidente, la lectura de unas cuantas páginas del libro de Umbral, porque o debí de poner el punto en otro sitio o me han dado el cambiazo. Eso no importa. De hecho, lo primero que pienso es que él ha repetido el mismo argumentillo de antes en unos párrafos. Pero no, lo de los pacos pegando tiros desde las azoteas, donde viven como cigueñas, ya lo leí antes. La guerra en Valladolid, las enfermeras y las madrinas de guerra, los falangistas y las canciones, Lorca y los toreros, el Casino y la prensa, en el fondo, siempre lo mismo. Lo cual, que si te gusta, te apasiona.
Junto a mi se sienta una pareja de mayorzotes. Esto es de chiste, proque ahora la senectud la estamos llevando de fábula y si la salud anda medio bien, pues es que el personal está como toros. En este caso, los dos tienen aspecto de nórdicos, con el entrecano rubio y un tamaño considerable. Esto es que la vejez, con altura, es menos vejez. Los abuelos con aspecto de turistas daneses o suecos o de por ahí, que suelen estar tirillas y que tienden mayormente, no se si será por lo de venirse al Mediterráneo, a ir en manga y calzón corto, con la qguía turística y la cámara de retratar, que están estupendos, oye. Yo, por ser, pues eso, turista abuelo sueco, pero en España o en Italia, ojo.
Así que en esas estaba yo, con lo de Umbral y los dos vecinos de asiento a ver si llegaba o no el metro. Entonces la he oído a ella decir: ¿Y el libro?, ¿te está gustando?. Entonces él le ha contestado "si".
Y ya está.
Luego ha venido el metro y he seguido leyendo.
martes, 14 de diciembre de 2010
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8 comentarios:
¿Hablamos de libros o de personas mayores? Porque no me entero mucho.
Bueno, la cosa es que a mí me gustaría ser jubilada alemana, o sea, con pensión y casoplón en Mallorca. Y ya de camino que el casoplón tenga una biblioteca abastecida de clásicos y novela negra.
La fotode hoy es estupenda, de verdad.
Pues está claro, Dulci. Relee y verás: son mayorzotes y libros.
Mallorca pse, oye. Mejor algo italiano, ¿no?
¿jubilada alemana en Italia? No mola.
Española en Italia, sí. Claro que entonces como no tendría pensión, no podría tomarme ni una triste grappa, ni un humilde panini, ni un gelatto.
Para eso me quedo aquí y veo canal viajar. Claro que sin pensión tampoco me llegaría para Imagenio.
Decidido: alemana en Mallorca y con casoplón.
Y Yo me voy a escuchar a Alsina.
Regalar un libro es maravilloso, porque el que regala piensa en el regalado... Quizá por eso la mayor satisfacción es que de verdad disfrute al leerlo.
No creas, Néstor. Una vez buscaba un libro para regalar a un amigo y no me decidía por ninguno. El azar hizo que de una estantería cayera un libro sobre mi cabeza y me diera de lleno. Era una antología poética del Siglo de Oro que pesaba su par de quilitos por lo menos. El golpe fue de aúpa. Y el ridículo ni te cuento.
Lo compré. Y se lo regalé.
Memorizó algunos versos que a veces me recitaba, eso sí.
Y del golpe te quedaste así, Dulci.
(Jo es que me lo has puesto como a Fernando VII, el felón)
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