Estaba en el espejo mientras me lavaba los dientes y me he acordado de Marlon Brando. No tiene nada que ver ni con los dientes ni con el espejo, sino con los pantalones de camuflaje, esos que, pese a serlo, se ven más que ningún otro. La poesía es paradoja y, en ocasiones la vida lo intenta.
Hay por aquí una tienda de ropas militares o aproximadas. Igual un día miro una camiseta caqui, que es color hermoso y fruta extraña, pero tampoco iba por ahí la cosa. Cuenta la leyenda que, cuando Coppola fue configurando el reparto para Apocalypse Now, pensón en Brando para su Coroel Kurtz. Sin duda alguna, el papel estaba hecho para él, aquel galán maduro, fuerte, profundo, un tanto taciturno, un levo poso de amargura, el Padrino aquel, asesino y paterfamilias al que tanto amamos. Total que le llamaría o lo que fuese. Vale, voy.
Y allí que se le presentaría, en las oficinas de Zoetrope o como se llamase la productora, un cachalote de ciento veinte quilos, diciendo que a ver si le declamaba o algo. Supongo que se cruzaría con Martin Sheen, con una taja como un piano y que los dos con cuidado esquivarían al enorme Dennis Hopper más pasado de lsd que nunca. ¿Cómo fue que ese tío no se estrelló en la moto cuando la peli aquella de Peter Fonda? Peter Fonda, con ese nombre, quién sería capaz de esquivar la botella...
Coppola, más chulo que un ocho tiró adelante con todo aquello, con un rodaje ruinoso, con el infarto del protagonista, con el suyo en puertas, con Eleanor filmando por allí uno de los mejores documentales sobre la producción de una peli que se pueden ver y con un Brando, ya digo, que no pasaba por las puertas.
Dicen, la leyenda, o sea, que Coppola contestó, cuando le dijeron que qué forma más hermora, caravaggiesca de tratar el claroscuro del Coronel Kurtz, un hombre que se debate entre las luces y las tinieblas, que llora al horror y que lo magnifica como la mejor fuerza del mejor ejército, que se le ocurrió lo de filmar en sombras porque así no se le veían las lorzas a Brando.
Y se quedó tan ancho, nunca mejor dicho.
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10 comentarios:
Ja ja Pianista ¿Esto es por lo de la operación Bikini?
Arf, casi mejor eso que por la Operación Vietnam, peor en fin...
Qué alegría verte en mi garito, Myriam!!! A ver cuándo reapareces en tu güep.
Pero, o peor, ay no se...
Nunca había oído la "leyenda del claroscuro" tan rematadamente bien contada; vaya, que le has dado la vuelta y, de tragedia, a comedia negra en unas pocas líneas ;)
Marta
Pues si, Marta, pues si. Y encima la presentó sin terminar de montar en Cannes y los gabachuás se quedaron con la boca abierta porque aquello ersa aún más monumental que la Col de la Turandot, Marta.
Escucharle recitar a Eliot, eso si que está a la altura de Caravaggio, uf.
¿Cuando te miras en el espejo te acuerdas de Marlon Brando? Eso es nivel, Pianista.
Yo en cambio, cuando me miro no pienso en las pavas de Victoria Secret.
Pero quiero hacer una defensa de las lorzas, que son como las canas, o el michelín discreto; son entrañables, nos hacen más humanos, más vulnerables. ¿quién querría tener un cuerpo musculado o un pelucón color caoba de por vida? Pues no señor, hombre. Que la imperfección es más atractiva.
Nota: el anterior suprimido es mío, que estoy como una cabra.
Ufffff lo veo complicado pero os leo de vez en cuando (menos de lo que me gustaría) pero en el Festival de Belenes nos os librareis de mi.
El de la foto ¿es Marlon Brando o el calvo de Perdidos?
Miriam, ya te vale, que te echamos mucho de menos...
Jo, Myriam, déjate de tanta fiesta de disfraces y vuelve, jolines!!!
Jo, Dulci, ves menos que un gato de escayola, maja!!!!
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