miércoles, 26 de septiembre de 2007

Dos tardes

Para mi que la cosa fue irónica, pero terminó siendo muy precisa e ilustrativa. Lo de llamarle miniferia a las dos corridas de abono por las fiesta de la Virgen de la Merced, patrona de la ciudad.

Bueno, dos corridas de nivel, pese a que de los seis matadores hubo dos sustituciones, por cosa de lesiones y enfermedades. Ya se sabe, cosas del riesgo.

La primera tarde, magnífica, con el Juli, que nunca ha sido santo de mi devoción, muy serio, maduro y efectivo. El Fandi estuvo muy bien en todo menos con la muleta. Espectaculares sus banderillas, con un medazo de carrera que dio casi dos vueltas al coso corriendo de cara al toro, o sea, de espaldas. Una demostración de fuerza y de agilidad, todo un atleta. Pero en el tramo final no remató. Lástima, porque dio un gran espectáculo. Y el tercero, Miguel Ángel Perera, joven fresco y valentón, que encandiló al personal en una tarde llena de sorpresas gratas. Por estar bien, hasta salieron buenos lotes de toros. Y eso, con lo que corre por ahí, es más que mucho.

Pero el fetsejo grande se produjo el domingo. Dos grandes. El uno que toreaba por última vez en su temporada de despedida: César Rincón. Es el único matador que ha habierto cuatro veces la Puerta Grande de Las Ventas en una misma Feria. El otro, José Tomás que despedía la temporada de su reaparición en la misma plaza dond ese presentó. De Tomás oigo decir que es el mejor d ela historia, pero están Manolete y Bienvenida, Ordóñez, no se. Supongo que es complicado eso de decir quién es el mejor, sobre todo en un arte tan dilatado en el tiempo. Lo que es indudable es que en el Olimpo del arte de cúchares, es uno de los que tiene plaza fija. Me gusta decir el arte de cúchares. Cosas mías. El tercero era un matador catalán, Serrafín Marín, promesa en revelación que entraba de sustituto junto con esos dos figurones. Difícil papel.

Emotivo César. Estuvo colosal, como lo que es, un grande. Sobrio, inteligentey con dos toros muy aprovechables. Tres merecidísimas orejas y una ovación atronadora, al grito de maestro, maestro que él devolvió con un cariñoso "muchas grasias" abrazado a una bandera de su país Colombia y a la del pais de sus triunfos, España. Igual reaparece, que los toreros son muy suyos. Marín estuvo nerviosísimo, cuasi calamitoso en el primero, aquello parecía el pilla pilla, todos corriendo en direcciones opuestas y el pobre dale que te dale, venga pases que terminó por agotarnos aún más que el recuerdo del Fandi dándole vueltas al ruedo a toda pastilla y de espaldas. En el segundo, el mejor de toda la tarde, parecía otro. Menudo pedazo de torero. Arrojo, chispa, alegría, seriedad, altura. Lo bordó. Probablemente con muchos menos nervios, estuvo estupendo. Dos orejas, tal vez un tanto excesivas, pero justas: hay que ayudar al que quiere, lucha y lo hace bien. Con más reponsabilidad, mejorará.

El segundo de César Rincón, un precioso jabonero al que

la afición recibió con un suspiro de admiración

y a la voz de "qué bonito"

Y José Tomás. La leyenda. A ver, todo lo que se diga es poco. Aquello parecía el tenis. Tomás torea sin música y el personal o se calla o le abuchean hasta que se calla. Y la gente mira, alucina y dice olé. Y Tomás allí, quieto, haciendo la estatua, luciéndose en cada pase y jugándose el bigote por sacarle medio pase más. Con el capote estuvo imposible. Ya podía haberle estado dando tres horas. Menudo talento. Tuvo mala suerte con su lote. Le tocó el peor de los seis toros, un mansurrón antipático y cobardica al que le arrancó hata el último pase. Ya con el acero, se decidió a darle unos cuantos pases más seis, no se, cuando es que ya no le movían ni en ambulancia. Y lo volvió a bordar. Menudo talento. Pero mató mal, y perdió los trofeos. En el otro, algo mejor, anduvo inventándose una faena embriagadora, pero volvió a fallar con el acero. Ante la insistencia del personal dió la vuelta al ruedo y al menos se llevó el trofeo del cariño, que hace justicia a su pundonor y a la estratosférica altura de sus dos faenas, sólo etropeadas por el acero. Pero así es la cosa: si fallas en la suerte suprema, pues a casa por la otra puerta. Por la Grande, Rincón y Marín.

Miniferia de altura. Y al que le pese, que se aligere, que allí nos lo pasamos de fábula. Y se creó afición, vaya que si.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo como te gustan tanto los toros. Luego me dices a mi con el bàsket!!

Duerme más por las noches (qué repetitiva soy).

Lidia

Belén dijo...

Me alegro que te gustara la corrida, pero yo prefiero otras ;)

Besossssssssss

Paco Becerro dijo...

Me apunto más a las corridas de las que prefiere Belén; ya sabes que Cúchares y yo.... vamos que no.

Pero me alegro si lo pasaste bien...

Anónimo dijo...

!Qué bien escrito!
!Y qué valiente por decirlo en voz alta en los tiempos que corren!
!Torero!

Anónimo dijo...

yo también soy más aficionada a las corridas que dicen Belén y futblo

y se disfrutan mucho más!!!

Anónimo dijo...

Sinceramente a mi los toros me gustan mucho y las corridas mas.

Poca gente hoy lo dice en voz alta teneis razon.

COn un poco de suerte este año piso la feria de fallas.

Bea

Néstor dijo...

Qué bonito sería saber de toros y poder disfrutar de esos detalles que tu ves y que a mi me dejan indiferente (o quizá no tanto).

María dijo...

que bien néstor... yo tampoco entiendo de toros... y me gustaría, me da envidieja ver cómo disfrutaste...
ahora, aunque no entienda de toros... el de la foto es bien bonito!! ¿la sacaste con el móvil? (porque esta de carrete no es...) me imagino al pianista en plena plaza levantando el movil pensando "esta para mi saloon" ;)

Nodisparenalpianista dijo...

Jaja, AnómnimoLidioa, pero tú eres una enferma del básquet, yo sólo aficionadillo. Duermo, duermo, y hago trampas con el reloj...
Bien, Belén, bien, el atletismo también es bonito.
FutBlog, tu arte es el de las cucharas, ya se. Y bueno, otro atleta.
Gracias, Dulci. Las crónicas taurinas son todo un arte periodístico, Sólo por la riqueza del lenguaje ya merecería la pena todo lo demás.
Meteorito, te apùnto al equipo de atletismo de éstos.
AnónimoBea, pedazo de feria las Fallas. Pedazo de Enrique, Ponce.
Néstor, no te creas, soy relativamente nuevo en la Plaza, pero le echo ganas y tal. Venga, cuando montes la convención guepera en Ciudad Real organizamos una capea.
Juajua, María, pues algo de eso pensé, si. Pero es que había que inmortalizar lo de Tomás. Qué tío.

Anónimo dijo...

¡¡Presente una más que no entiende de toros!! Lo que sí entiendo es que a la gente le gusten. Por aquí tengo a varios aficionados que disfrutan la tiiira... Lo que pasa es que a mí me da mucho miedo ver al torero jugándose el tipín delante de elementos como el de la foto (preciosa por cierto) y cierro los ojos todo el rato...

Nodisparenalpianista dijo...

Bueno, es bastante habitual eso que dices Marta. Supongo que si fuesen ovejas, no sería tan emocionate,claro. Y si, casi tan hermoso como una vaca hermosa, ¿verdad?

J. dijo...

A mi me gustará ser montera. Siempre salen ilesas.

Qué animal más precioso el toro de lidia... y los nombres de los diferentes tipos jabonero, morlaco. Soy un poco ignorante, de todos modos. Un vocabulario increíble, dan ganas de estudiarse El Cosío.

Y me gusta la relación del toreo con el arte.

Ya lo he dicho alguna vez, todo ese mundillo tiene algo.

enrique dijo...

Qué toro más hermoso!!
Y su texto, también de fina estampa...