Me topo ayer con una ilustración en una revista de libros a propósito del aluvión de novedades conmemorativas del Dos de Mayo, con una pintura -la reproducción fotográfica, se entiende- que retrata a Manuela Malasaña, heroína del pueblo de Madrid y de toda España. Y fíaje qte pareado más mono me ha quedado. Y van dos por el precio de uno, tengo hoy el día tontuno.
Yo creo que más de uno se cree que Malasaña es un barrio y no una señora, peor eso es otra película. Lo que me ha llamado la atención es que manuela Malasaña tiene cara de ser una chica que va en el metro o en el bus, según se tenga o no, quiero decir, que lee una novela gorda, mayormente histórica y que toma cafés cortos de café. Y con esa misma chaquetilla, que en el Zara, hará dos temporadas, tenían una clavadita.
Pongo en marcha el loquileto para sustraerlo convenientemente. Tener el retrato de una heroína como esta bien vale un buen robo creo yo.
6 comentarios:
Pues claro que sí, que como tú no creo que lo vaya a disfrutar nadie. Que no pierdes el tono cultereta de tus entradas pero tampoco el sentido del humor. Y es bueno. ¡Muy bueno!
De todos modos, te diré, que a mí no me sugiere todas esas cosas. Tiene una mirada penetrante. Dulce, pero algo intimidatoria.
Un saludete
Muy buenas! Cuánto tiempo!! Yo también la veo de pié en la circular yendo al curro inmersa en una buena novela, pasándose muy de vez en cuando de parada por no levantar la mirada del papel.
Bueno, querido AmatíaTrenti -no te romperé las piernas si me sigues haciendo así la pelota- no es óbice lo que comentas de su mirada con que tome cafés con leche cortos de café, me parece a mi. El próximo día que la vea en el metro le digo. O en el bus.
¿Verdad que si, Zere? I es que tiene toda la pinta. Un placer saludarte, como siempre!!
Era costurera, y se valió de su valor y de unas tijeras para echarse a la calle a por los gabachos. Con apenas quince años. Hay que ver, y no era de cuota, oyes.
Pues si, Dulci, menuda chica. Y leyendo novelas gordas todo el día. Muy bien, oye.
Pues leída su historia y vista su estampa... ya es como para chorizar. Y mirarlo de vez en cuando por si se nos pega algo de arrojo y tal. Me apunto, Pianista; ¿qué llevo para el asalto?
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