Lo de Battiato

Bueno, lo de Battiato del otro día.

Yo no se, llevaba bastante tiempo sin actuar por aquí. O sea, sin una gira en serio. En los últimos años ha salpicado acrtuaciones en Madrid, Barcelona, Murica o en el Actual de Logroño, pero lo de una gira, no se cinco, seis actuaciones, pues no. De hecho, para mucha gente que lo bailó, lo compró y hasta lo vió a finales de los noventa, pensaban que estaba retirado del todo. Pero no, no solo no está retirado sino que, en mi opinión, está haciendo mejor música que nunca, además de cosas para la tele y dirigiendo películas. Y pinta. Y edita libros. Un no parar.

Pues llegó el día. Tenía muchas ganas de poder volver a ver a Battiato, en un periodo creativo, en mi opinión, extraordinario, en el que ha tomado más dedicación su obra cimenatográfica, inédita en España, que la musical, de complicada y cara distribución. La expectativa era muy buena, a tenor de su último directo publicado, Un soffio al cuore di natura elettrica -que recomiendo vivamente-; pero me asustaba un pco que le dedicase demasiado tiempo a Il vuoto, el último CD publicado, bastante flojito, en mi opinión.
Lleno en el Auditorio, asientos un poco altos, pero me callo, porque no hice nada en la compra más que poner la pasta. Según se ve, va con un pianista de categoría -entre bueyes no hay cornadas- y un teclista muy resuelto. Además, los dos grupos modernos que lleva: el de la gira anterior, y el de las niñas.
De entrada canta unas canciones inéditas o del próximo disco,y de Il Vuoto, sólo acompañado por el piano. Una de ellas dedicada a Edith Stein, que mal acabó en un campo de concentración nazi. Al respetable no le recordó que es santa. Porque los nazis también pusieron a los católicos en su punto de mira, pero eso lo dejo para otro día. Lástima, hay que ilustrar al personal, sobre todo en estas cosas. En fin.

Esta foto es del concierto de Madrid, pero para el caso, lo mismo. Como mucho cambiará la camisa,del Sepu y sin planchar. Pero debajo del chaleco no se ve.

Tiene un aire de cosa antigua. Battiato, con un traje, chaleco y camisa blanca, que parece un pastor anabaptista de peli sueca lenta y sosona, con los textos de las canciones apoyados en el piano de cola y el pianista -colega- de espaldas al respetable y ejecutando con una exquisita sobriedad.
Después de esa introducción desconectada, le metió vatios por todas partes, primero con su grupo y luego con las sobrinas. Acometió el repertorio más actual y alguna versión anterior como la de Nómadas, con una introducción muy suave, verdaderamente espectacular. La cantó en castellano, con algún que otro trabucamiento, perfectamente excusable. Entre amigos, ya se sabe.

Lo de las sobrinas viene porque sólo se puede entender que incluyese en su banda a esas tres zarrapastrosas por ser familia. Si no, inexplicable. Me explico. Las tres sobrinas son una especie de melenudas de un grupo de rock gótico. El rock gótico consiste en poner una cantanta así entre lánguida y buenorra, pintada de negro y con trapajos andrajosos cantando suavecito mientras unos melenudos se descoyuntan las vértebras aporrenado lo que toquen: el bajo, la batería, tal. Y todos suean igual. Uyuyuy, qué provocadores sois, qué miedo dáis, qué tontos sois.

Ya me explicaréis dónde se puede ir a parar con cuatro piezas como estas colgadas. Vaya familia, Franco...

Así, las tres pedorras con el pelo sin lavar, la que canta que va de mezzosoprano o algo y que desafina por un tubo, la de la guitarra y las rastas amarillas, que como se las líe en el mástil se electrocuta y la otra que también hace el idiota. Igual había una más, pero no me acuerdo. Una lleva una especie de vestidito blanco por encima de la rodilla y unas Dr. Martens por debajo de la rodilla, entre delicadilla y chorizona. Me molan esas jipiosas.

Qué malas son. Meten quilómetros por un tubo, porque entran y salen para apoyar al otro grupo que le acompaña. Esa banda, FSC, ya le acompañaba en el directo del Soffio al cuore... y la verdad es que le daban un contrapunto casi metalero muy refrescante a las canciones de Battiato. El problema es que sumados a las sobrinas, de nombre MAB, pues no pegan y hacen demasiado ruido.

En un momento hay un intermedio y las troncas nos tocan el single. Y nos lo tocan bien tocado. En unos conciertos antes, hacían algo parecido y dejaban a Sgalambro con su vacilona versión de Manu Chao. Y se ponía el agüelete a decir aquello de "me gusta Malasaña (que suena a "la lasaña", y más si lo canta un italiano con dentadura postiza), me gustas tú". Vale, tronco. El personal las aplaudió. Yo pedía fusilamiento al amanecer, como poco.

Esto es del directo que os he recomendado tanto. Son FSC, justo antes de caerse la cortina que les separa del resto del grupo. Ay, lo véis y lo entenderéis.

En esta parte del concierto van repasando algunas de sus canciones más exitosas de los últimos discos como la extraordinaria versión de Ruby Tuesday -del recomendadísimo Fleurs, aprovecho- , y con un cambio de ritmo explosivo con Tra senso e castità. Lo más antiguo que tocan es La Cura, una canción suave que pasa por ser una de sus más reconocidas, pero que está en un disco que a mi nunca me terminó de entrar, L'imboscata, y que por eso me cuesta un tanto.

En toda esa parte destaca el error tremendo de escoger un espacio como el Auditorio para el concierto. Estamos oyendo un concierto roquero, que pide vasos de cerveza y bailecitos, palmas, gritos, follón. Y eso, entre lo soso que es el personal y que lo de las butacas y todo eso no ayudan, pues corte el rollo. Error. Porque además se oye mal, con tanta guitarra distorsionada -hay hasta cuatro a la vez- y doble batería. En el último tramo ataca algunos viejos éxitos, reversionados para banda eléctrica, como Cucurrucucu, o Quiero verte danzar, y en los largos bises, casi media hora, toca exitazos como "Centro de gravedad permanente"y ataca otras canciones mezcladas, cosa que odio profundamente, pero que he de reconoder que en etsa ocasión me deja encantado. La insoportable Bandera bianca o Gli ucelli que me recuerda a un viaje en tren, de esos que ciuando ves al pasajero desde fuera dices "me gustaría estar dentro". Un buen viaje, Carcajada. También toca Prospettiva Nievski, para cerrar y ahí ya ha conseguido levantar a todos los carcamales del respetable, que dan palmas, medio bailan y estiran las manos para que Battiato se las toque. Hay una chica gordita así como de tules que agita los brazos como dos hélices al ritmo de Quiero verte danzar. En un concierto de pie, en un sitio adecuado hubiese levitado, sin duda.

Para la memoria: Battiato trabucándose; Battiato echando la brobnca a los de MAB en un bis, porque pensaban que se pordían ir y no, y explicando al personal "es que quieren ir a fumar; Battiato buscando la letra en alemán de una adaptación de Bach, pidiento a gritos a uno de bambalinas que le traiga la carpeta y diciéndonos "paciencia"; Battiato improvisando una especie de polka y un vals en "Quiero verte danzar", que lo bailó tan emocionado que un poco más y se va escenartio abajo; Battiato diciendo que se le había olvidado encender la luz del atril donde tiene las letras en castellano y que por eso las veía fatal y se trabucaba, menuda trola; las sobrinas señalándose las orejas porque no se oyen con el follón que están liando; y el guitarra de FSC tocando marcando chepa con la guitarra por debajo de la rodilla, de verdad.

Yo esperé gritar lo de siempre en estos casos, Franco, Franco, Franco, pero me temo que los soseras del público, además, tenían el humor más atravesado que un arpón en lomo de ballena. Y me corté. Llego a estar en un sitio de pie, follonero, birra en mano y la lío. Como está mandado.