-Nada, no es nada -dijo retirando la mano, como si ocultando la quemadura en el índice se curase de golpe.
-¿Te has quemado?
-No te preocupes, la plancha, me despisté, los manteles, total, si lo puedo hacer yo - y siguió moviendo con la espátula las croquetas que, en medio minuto más, estarían en su punto.
Aún quedaban unas pocas.
Clin, clin. La puerta.
12 comentarios:
Dicen que si concentras tu atención en más de una actividad esta disminuye... Pero yo no sé otra manera de vivir. Dos o tres cosas a la vez. Y luego pasa lo que pasa. Nos quemamos con la plancha.
Lidia
Aaaaamigo, las desventajas del rodriguez. Estamos hechos para pensar en una única cosa a la vez: si planchas, plancha; si sartén, sartén...
Yo me he hecho muchas quemaduras con la plancha.
Claro que mientras planchaba también miraba la tele o me dejaba llevarpor una canción, por ejemplo de Pink Floyd o Porcupine Tree.
Gajes del planchador...
PD: vió usted mis aviones rasantes?
Todo lo contrario. Cuando te concentras en una sola cosa es cuando tropiezas, resbalas... en cambio cuando divides la atención, precisamente por atender a más de una cosa, es cuando más atento estás.
Otra cosa es ser un zarpas, Néstor.
¿Croquetas a la plancha?
Bueno, AnónimoLidia, estoy contigo, lo que pasa es que tants cosas a la vez terminarçan antes con nuestra insultante juventud.
Ja, Néstor, tú lo que pasa es que eres un listillo, que por no ser Rodríguez pedirás plancha ajena!!
Bueno, Dulci, las hay que concentrándose en una sola actividad también tropiezan en plano.
Eso si alguien se las olvida dentro del bolsillo del pantalón, JSVico.
Esta vez, tocaba cortito. Pero no por eso me ha gustado menos. Qué bien, Pianista.
Esas quemaduras son de las que duran y duran y una no sabe ya como ocultar a las amistades finas que es que ella es la que plancha y nadie más! Y gracias a que esas croquetas seguro que han salido "vestidas" porque también podría haber pasado que se quedara en la espumadera "la camisa" y el follón de masa pegada entre el aceite de la sartén.
Y la puerta, o el teléfono y con las noticias de la radio que, oye, al día, vaya si no! y esa spontex siempre a mano para ese cerquito del "silestone" de moda que, cosas de la ceguera, nadie ve. Y todo el personal agotado. Y yo no.
Te echaba de menos, Marta. Qué bien que vuelvas.
Vaya desastre de moderración. He liado todos los comentarios y se quedaron en el tintero los de el amigo Enrique y la siempre punzante Atiza. Como de sabios es rectificar, aquí va mi disculpa y mi respuesta:
Ay, los accidentes laboral-musicales, estimado Enrique. Pero por una buena digresión Echoesmaníana justificada está la quemadura. Ay, cuánto dolor por el sinfónico!! Me bajé el Voyage de Porcupine Tree hace unas semanas. ¿Supongo que lo habrá saboreado vd.? Qué gran plagio Floyd!! Ahora veré sus aviones: mi cutreconexión me lo impedía...
Atiza, si es que sois unas heroínas, joer. Oye, para la cena de los nueve años, traerás unas croquetas, ¿verdad?
Mira que salao, el pianista, oye. Pues sí, llevaré unas croquetas que oportunamente encargaré a un catering de los de revista y me tiraré el pisto de que las he hecho yo. Y todas iguales. Hombre!
(que para risas me llegan las de mis okupas)
Esto, claro, estaba pensando que después de la cena-de-dentro-de-nueve-años alguien tendrá que recoger los destrozos y fregar... Como soy el organizador, "me pido ulti".
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