Estaba cuando le despertaba algún rayo del sol en los parques, o si lo había logrado eludir, un chaparrón en forma de riego por aspersores. Estaba cuando los días se empalmaban a las noches de absenta. Estaba en las veladas que comenzaban entre galeristas y que terminaban en desayuno de artistas. Estaba cuando despertaba las noches con canciones de borracho y cuando los borrachos le despertaban con sus canciones. Estaba el timbre del hogar, la ducha que mejor coger temprano y el café con leche y bollo de pan con mantequilla y mermelada que les ponían las monjitas. Estaba ahora la cafeterita de seis servicios, más que suficiente, una fruta que le refrescaba y la mesa lisa, blanca y vacía sobre la que desayunaba construyendo sus sueños.
Y en cuanto reúna tres duros, los sábados vendré a este bar a tomarme un café y un garrote mientras leo los suplementos de artes.
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6 comentarios:
Mas bien serán euros que duros, porque con tres duros, no te da ni para un churrito para mojar en ese café...
No son horas de escribir... por tempranas que sean, ¿has publicado esto a las cuatro de la mañana?
Pues yo todavía cuento en duros.
De hecho llevo en el bolso una calculadora que transforma los euros en dinero. Así me entero de los precios.
Ya sabes, FutBlo, un ntiguo, eso es lo que soy. Jeje, el reloj es un tirano.
Y yo, Dulci.
¿Y como funciona, Dulci?, ¿metes los papelitos y se cnvierten en duros??
Uf... ¡A las cuatro de la mañana! A esas horas no hay más que gente mala por la calle -decía mi madre- ni -añado yo- actualizando el blog...
Me voy a la cama, que mañana madrugo para salir en bici. Recuerdos y tal a todos.
¡Que bueno! y eso que lo has escrito a las cuatro de la mañan, hombre de Dios duerme un poco ¿no?
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