Resulta que en lo de Umbral de hoy se trata del futbolín, a propósito de nuestro admirado Finisterre. Resulta que a mi, Umbral me gusta mucho, sobre todo como columnista. Y me sobrecoge Mortal y rosa, su mejor no-novela. Después de leerla, a uno le queda la idea de que es un fingidor, que su mejor personaje es él mismo y que no cabe más que admirar a su María España, todo un pedazo de mujer.
La cosa es que el día antes anduvimos haciendo unas bromas en lo de Peter que quedaron -en mi opinión y en la de algún otro entusiasta- de maravilla. Pinchadlo, y leedlo, que lo disfrutareis.
Umbral empezaba hoy así:
"Nunca fui un buen jugador de futbolín, ni de fútbol, claro, pero ha fallecido ahora el inventor del futbolín y creo que se le debe un homenaje. Al menos yo se lo debo a aquel señor, que fue una temporada el mejor compañero de mi vida. Los datos sobre él los tengo archivados en mi ordenador y no voy a levantarme ahora a mirarlos. No me levanto yo de esta máquina ni aunque se muera un ministro. Prosigamos."
Increible.
Tenía un profe de Géneros que decía de Umbral que tenía dos tipos de lectores: "los que le leen por admiración y los que leen por cabrearse".
Muerte a la indiferencia. Prosiga, por favor.
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