Los aviones

Oye, qué follón, me digo el sábado.

Son los aviones, me dicen, Ya, bueno, ya se, claro, digo. No, los aviones que te gustan, dicen. Bueno, si, pero es que me gustan todos, como los bebés. Que ves un crío que es más feo que Picio, pero oye, algo tiene, una gracieta, un no se qué. Yo no entiendo a los que dicen que los bebés son feos. Joer, pues anda que cuando crecemos. Que no, que no, que están para comérselos con patatas. Joer, pero es que ese niño es feo -y te señalan a una especie de mapache bizco con las orejas de través-, pero feo, feo. Bueno, pero fíjate con que gracia se ríe el tío. Seguro que algo tiene. La cosa es encontrarlo.

Bueno, los aviones.
Me agarro la bici y allá que me voy, a donde el Fórum, que es una cosa de cemento y sin árboles que sirve para que te tuestes y para que el Dalai Lama vaya por allí y los otros recalifiquen por allá. Bueno, ahora ya no va por allí, se va a otro sitio y le reciben los prohombres de la cosa. Los mismos golfos que se burlaban de la Corona de Espinas, porque ellos son respetuosos con todos los credos y así. Y no se les escapa la risa de hiena al decirlo. O sea, que aparco por la zona, cerca de una charca que llaman playa de hormigón o parecido, veo que hay gente pero diría que no tanta como en otros años y puedo disfrutar con una cierta comodidad de las acrobacias de unos cuantos aviadores.

Pero, pardiez, si han cambiado el sitio.

Esta es la Patrulla Águila, pero en la exibición del año pasado. De este aún no tengo fotos y el deubedé que he grabado no esta terminado y... no seáis marujones, os pego ésta y ya tendréis otras más adelante, ¿vale?

Observad, observado lo pegaditos que va, por mucho que vayan a una cierta altura distinta, como se puede comprobar por las estelas de humo. De impresión, en serio. Hay que verlo.

La Patrulla Aspa, la de helicópteros acrobáticos del Ejército actúa frente a un tramo anterior o dos de la playa. Vaya por Dios. Luego varios reactores, tres paracas sobre la Barceloneta -cuando en otros años han saltado hasta doce-, la Patrulla Francesa que no comparece, la Breitling que, bueno, pasta tiene, pero se lo podía currar un poquito, dos Harriers que se limitan a dar varias pasadas y se van sin decir ni adiós y el gabacho del Mirage 2000 que monta un pollo de campeonato, con la de ruido que hace y que demuestra que es un gran piloto y que su nave es extraordinariamente maniobrable. El Eurofighter, que es la versión chunga del Mirage 2000, es muy resultón pero evidencia que o le falta la agilidad de su primo Mirage o que a los pilotos les queda por sacarle todo el jugo. El SuperSaeta prometido, el primer reactor del Ejército español, no comparece. Tiene su edad, claro, pero el año que viene voló precisamente con el Eurofighter, en un acto muy emotivo, la pieza más joven con el abuelo resultón. Ay, también hay romanticismo en la punta de las alas.

Y llega la Patrulla.

La Patrulla Águila, claro. Vale, ahora se me llena la boca, pero a mi me parece la mejor Patrulla que hay. Al menos de las que he visto, que muchísimas no son, pero más de cinco si. Bueno, es que es alucinante. Por una parte los ejercicios de grupo son, a vista de foto, perfectos. Es que van milimetrados. Y los individuales ponen la piel de gallina. De este año me quedo con un espejo que a medio camino convertían en tirabuzón. O sea, un avión volando, el otro encima invertido, como si fuese un espejo, así, a toda mecha. Y de pronto empiezan a girar de modo y manera que el avión que iba abajo y del derecho voltea hasta ocupar la posición superior e invertido, mientras que el otro hace lo propio hasta alcanzar la posición horizontal. Y así, siguen haciendo el tirabuzón. Una preciosidad. Y lo bueno de la patrulla es que mientras dos hacen estas cosas, el resto se prepara y hace ejercicios de grupo, termina y uno individual, termina y de grupo, y asi. Cierran con las banderas, en esta ocasión primero la catalana y luego la española, aplaudidas ambas con fuerza. Me imagino a los profesionales del enfentamiento que andan rompiendo fotos y así, rechinándoles los piños. Peor para ellos, por asquerosos.

De todos modos, eta vez me he quedado con ganas de más, de mucho más. Han faltado exhibiciones, aparatos clásicos, ejercicios como los de los hidroaviones o el ataque anfibio, alguna Patrulla militar más, las acrobacias dislocadas de Fantoba, y, en general, un poquito más de esfuerzo. Hasta la Patrulla hizo un ejercicio más corto de lo habitual. Por otra parte, no me extraña. Sobre todo cuando tu anfitrión es tan poco gentil en lo general y te reclama para protagonizar, con la boca pequeña, el acto que reúne más público de todos los que se celebran al cabo de año. Ay, esos complejos...