Qué interesante.
Hablaba un monje de clausura para un documental d ela tele. La tele. Con la de pestes que he echado yo de la tele, esa especie de basurero con antenas, y he de reconocer humildemente que, cuando se lo proponen, pueden ser capaces de lo mejor. Bueno, en fin, es justo reconocerlo.
Contaba uno que le había escrito hacía poco a una amiga y le había contado que nunca se había sentiqo tan libre como entonces, aparentemente encerrado entre cuatro paredes.
Qué curioso.
Qué sensato.
Qué inteligente.
Qué bondadoso.
Comienza la semana.
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8 comentarios:
La televisión hay que saber verla y entenderla.
A mi me gusta mucho. ¿Y si me hago crítica?
Disfruta y riete de casi todo lo que veas en la tele.
Lidia
Qué grande y qué animante (¿se dice así?).
¡¡Feliz semana!!
(Y... encuesta de año nuevo ¡¡ya!!)
Bueno, a veces la tele te sorprende, eso es bueno no? ;)
Besitos
La libertad interior. Qué valentía. Estoy con Marta. Qué grande.
¡Yo también lo vi, estuvo muy bien!
Qué buena frase
Uy, eso si de deja, AnónimoLidia. No creo que la tele se merezca que gastes tu talento en ella. Otra cosa es imagenio y el Canal Cocina, pero en fin...
Gracias, Marta, y tú que la leas!!
Pues si, Belén, una sorpresa tremenda. Mira oye, igual nmo está todo perdido, aunque no se yo...
Ja, Dulci, iba por ahí, la experiencia d elibertad como elección y como cuestión interior. Y la peña rebuznando.
¿Si, Alejops? fue muy bueno, ¿verdad?
Cuatro paredes y un mundo interior por descubrir... Qué sugerente...
PD: es que he vuelto en plan intelectual de mi receso navideño (descuidad, me durará poco; como los propósitos).
Néstor, qué bueno que volviste.
Oye, mola intelectual, lo que no está reñido con lo de la pachanga, ojo.
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