viernes, 16 de enero de 2009
Las horas tempranas (II)
De sus primeros años de cuartel, de los madrugones a bufidode corneta le quedó una curiosa costumbre. Se apuntaba en una agenda la hora exacta a la que se levantaba, y, de noche, a la que se iba a dormir. Aquello, evidentemente, no servía de nada, como todas las costumbres ociosas, pero le gustaba. Cuando repasaba, echaba cuentas mentales y se daba cuenta de cuánto había aprovechado del día.
Lo seguía haciendo.
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10 comentarios:
que quieres que te diga....¿duermes?... cada vez te pareces más a un pupilo del Stocker... miedo das tan noctámbulo.
También con esas notas se daba cuenta de cuánto había descansado...
Aquí lo único que se apunta es la hora de entrada y salida del tajo, por aquello del fichar y el horario de obligado cumplimiento.
Toquen diana... ar!!
¡Que bueno, pinista!
Pues sí, cuartel, milicia, disciplina y orden.
Oigo que en NY ha habido un accidente aéreo y que el piloto, militar de 59 años y pasado a la aviación civil ha amerizado en el río. Cero víctimas. Antes de abandonar la nave, la ha recorrido dos veces para asegurarse de que era el último en abnadonarla.
Cómo son estos yanquis fachas, eh?
Aquí se le habría aplicado un ERE que flipas.
Ya ves, ManuelTucci, duermo más y pero. Pero me salen letras!!!
Jajaja, FutBlo, somos esclavos del tarjetero!!!
Son las cosas del café, Myriam.
Joer, Dulci, no se te escapa ni una!!! La pilotería civil está llena de militares, pero los buenos se quedan y los mejores, a la Patrulla Águila.
Costumbres ociosas no tienen por qué ser malas costumbres. Y echar cuenta del aprovechamiento del día me parece que es una forma de examen de conciencia. De ocioso no tiene nada. Y todo de meritorio...
Marta
Te has pasado con el tronco, pianista.
Bueno, Marta, quién dijo que ocio fuese malo...
Que no, Atiza, que no!!!!!! Por cierto, ¿cómo va lo de la güep que tenéis a pachas la Dulci y tú?
No puedo creer que todavía no la has encontrado! Ya te vale.
Ya ves, uno, torpe con las teclas. Pero sigo buscando, Atiza.
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