Arf, qué cansancio.
A mi me gustan las onomatopeyas en los textos escritos. Le dan color a los diálogos.
Me acuerdo que cuando las tertulias y Peter, inasequibles al desaliento y todo aquello, Regi siempre me decía que, hombre, que no, joer, y yo que bueno, que vale. Pwero solía gustar cuando los diálogos. Yo qué se.
Decía arf por la vacación conclusa, pero quejarse es vicio, así que nada, una tanqueray y alegría, joer, que esto no es nada.
Venga.
Vale.
domingo, 23 de agosto de 2009
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2 comentarios:
Estooo, ¿y qué relación hay entre tu vuelta de vacaciones y las onomatopeyas?
Ya sé. Que en el trabajo llevabas encima de la cabeza un globo con rayos, bombas y culebras de esas que pinta Ibáñez.
Y quejarse es un deporte nacional, querido.
Jeje, Dulci, no llames al mal tiempo, que la tormenta se (te) avecina.
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