Se desearía que esto no terminara sonando ni a Pablo Coelho, ni a Claudio Coello, ni a nada similar, que cada uno aprenda lo que pueda si lo considera menester. Oí a Pancracio Celdrán -fantástica criatura-, explicar esta historia.
Andaba Sócrates en sus cosas cuando le abordó un conocido por la calle. O la estrada, el foro, o doquiera que fuese en la antigua Atenas, que es lo de menos.
-Bienamado Sócrates, le comenta el otro, tengo algo que contarte sobre fulanito de tal, que vas a alucinar.
Sócrates que interrumpe el arranque marujístico y le advierte de que antes de comenzar, le desea hacer tres preguntas.
El amigo atónito que accede y Sócrates le pregunta:
-¿Estás seguro de que lo que me vas a explicar es cierto, que es verdad lo que sea que me vayas a contar de ese fulano?
-Bueno, a ciencia cierta no, pero bueno, es lo que andan diciendo, vamos, que será, digo yo.
-O sea - replica Sócrates-, que a sabiendas de que no estas seguro de la veracidad de lo que vas a explicarme sobre una persona, ibas a hacerlo. Déjame que te haga mi segunda pregunta. ¿Es bueno eso que vas a contarme de una persona y que ni siquiera sabes que sea cierto?
-La verdad es que bueno no es, ciertamente, pero es lo que se dice por ahí -responde el cada vez más acorralado conciudadano.
-Entonces me estás a punto de explicar una cosa sobre alguien que no sabes si es verdad y que además sabes que no es bueno para esa persona. Pero permíteme que te interrogue por tercera vez.
-Sea, pues así lo acordamos.
-Bien. Si no he comprendido mal. quieres explicarme algo sobre alguien, que no sabes si es verdad y que crees que no es bueno para esa persona. ¿Puedes decirme si al menos el que yo sepa eso será bueno para mi?
-Pues... ciertamente no, no mejora especialmente el conocer lo que te iba a explicar, si...
-Querido vecino -termina Sócrates- entonces, si querías explicarme algo sobre alguien, pese a no estar seguro de su certidumbre, pese a saber que le va aperjudicar y pese a saber que no me beneficiará a mi el conocerlo, te pido que te abstengas de hacerlo puesto que no será bueno para nadie.
Qué tiempos en los que los futbolistas daban tanto juego. Bueno y ahora cerramos y nos vamos a ver la tele, que dan zumo de tomate.
3 comentarios:
Yo creía que las tres preguntas eran "quiénes somos", "de dónde venimos" y "a dónde vamos a comer", pero claro, esto sólo pasa en Bilbao.
Así funcionamos, ¿no?
A dónde vais los de Bilabo está clarito clarito: a dónde os salga del mapamundi, ¿no?
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