Los asaltantes, después de arrasar con la cocina, han abierto la segunda parte de su ofensiva: los baños. La batalla ha sido muy dura y les ha costado avanzar cada metro cuadrado de baldosas. Pero al final, las acometidas de las divisiones moldavas, han conseguido derribar las posiciones estratégicas para el abastecimiento de agua. La guerra se complicaba y la situación empezaba a oler un poco mal.
La provisión de alimentos estaba garantizada porque conseguimos avanzar nuestas líneas hasta el frigorífico, que fue defendido como el último baluarte que garantizaría nuesta supervivencia. Al abrigo de la luna, en la trinchera más inhóspita se planea el contraataque que nos de la victoria final. El primer paso es el reabastecimiento de armas y la búsqueda de alianzas en potencias extranjeras. La Operación Grifo.
Por explicarlo breve, y por no darle demasiadas cartas al enemigo, se trata de una maniobra envolvente extramuros de la ciudad para recargar municiones y contraatacar en un momento de descuido. Se operó sobre silos del norte y se buscó la colaboración de tropas nórdicas asi como la de los vecinos y hasta las fuerzas esotéricas: Ikea y Leroy y Merlín.
Se todo ello hemos aprovisionado grifos, muebles de baño, escobillas y mantas, tornillos y demás cacharrreria, pero, oh, maldición, graves noticias del frente sarajevita: Las tropas rumano-moldavas han destruido la ducha.
Tras esa mala noticia hay que replanetar toda la campaña. La tienda de campaña. O sea, que a buscar un puente donde encontrar cobijo y un arroyo de agua fresca para recomponer la situación. Pero antes de salir, hemos minado Sarajevo para prepara la contraofensiva.
Un nuevo aliado dotado de poderosas armas de última generación se nos unirá en los próximos días. La victoria está cerca, pero el retrete no hay quien lo encuentre.
PD: Nos hemos conseguido enlazar a una red de comunicaciones clandestina. Intentaremos mantenernos mientras nos sea posible, pero no se sabe lo que resistirá. Hasta la victoria final, inasequibles al desaliento
2 comentarios:
joer, cómo te están afectando las obras...
Quieres el teléfono de un psiquiatra?
Mejor un traumatólogo, tengo la espalda hecha unos zorros y se nos está acabando la penicilina...
Publicar un comentario