Bueno, pego hoy la espampilla del macizo (conste: lleva airbag de serie en la curva de la cerveza y esas entradas interesantes son una alopecia en toda regla, a ver) y que pase lo que tenga que pasar. A ver si se cruje el buzón o algo.
Otro día profundizaremos.
PD: Cerrada ovación para quién ayer participó.
PD 2: dDnde se habrá visto un astronauta con esa facha. ¿Alguien se imagina a John Glenn, un decir, si afeitar? Que no, hombre, que no.
miércoles, 30 de abril de 2008
La venganza de Lem
martes, 29 de abril de 2008
En la sala de espera
Que parece la Onu, oye. Que los pobres médicos y las sufridas enfermeras pasan las de Caín para llamar a Mustafá nosecuantos a Chu en Lai no se qué o los pakis y de por ahí, que es que no me extraña que se armen colas, sólo para aclararse los unos y los otros es para que echen la mañana. Si encima el médico se recrea en la suerte por cosa de la profesionaliad y todo aquello, ahí te dan las uvas, como es de ley. Si es que le programan las visitas de cinco en cinco minutos y ya me dirás, que los pobres jubilatas ya se echan el triple en cuanto les piden que se quiten el refajo para verles las pupitas, y los de la Onu, a más a más, que dicen los aborígenes, que no nos aclaramos ni a tiros. En fin.
O sea, que cuando me da visita me llevo un buen libro y a ver si le meto un empujón. Hoy me he llevado un libro de Stanislaw Lem, Provocación, el último, o penúltimo traducido al castellano por uno que nos cuenta en el prólogo lo que le parece a él. No se, un prólogo extraño y prescindible, pero ya que estaba, pues se lee. El libro recoge dos textos a modo de crítica sobre dos libros fantásticos. Fantásticos por inexistentes, digo. En la primera crítica comenta un estudio sobre la génesis y significado del Holocausto nazi. Hay propuestas de interpretación muy interesantes. Me parece muy interesante lo que apunta como un deicidio simbólico el hecho de liquidar al pueblo elegido para, una vez liberados de Dios y del hecho religioso, erigirse como pueblo superior cuyo único límite es su propia voluntad. Claro, en ese plan, si te molesta el vejete, matarile, si te molesta el cojo, matarile, si te molesta lo de la barriga, matarile. Qué cosas, ¿no?
El otro es un comentario acerca de un libro que pretende explicar todo lo que sucede en el mundo a todas las personas en unmismo minuto. Y resulta muy simpático el ejercicio que realiza de matemática recreativa para darnos idea de la complejidad del asunto. Qué voy a decir yo, que llevo no se cuántas entradas dando la murga con un tonto que rompe la estilográfica en un café.
No me esperaba que el libro fuese así, o sea que, en cierto modo ha sdio una pequeña decepción. Sobre todo, porque pensaba que todo el volumen trataba sobre el Holocausto judío. Pero lo que ha supuesto sorpresa, es decir el segundo texto es muy inteligente y personalmente me resulta muy curioso y sugerente. Buena elección al fin y al cabo. Recomendado queda.
lunes, 28 de abril de 2008
Estaba vacía
Y mira que es fácil, que el otro día unos de túper en el trabajo hablábamos de eso, del apurillo de comida, ay que se me olvidaba y de cómo hacerla en diez minutos o así, con cosicas normales, si te medio apañas. Si al hervir la pasta haces un puñado más tiene un congelado estupendo y te saca de apuros los días malos.

Además, en agua se descongela en un segundo y queda como recién hecha. Si quieres le pegas un par de vueltas en la sartén con ajo y aceite y alguna hierba o no. Un poco de atún y unos tomates, que quedan bonitos los cherris, pero son un poco ñoños, esa es la verdad. A mi me gusta usar tomate pelado de bote para hacerlo frito y así. Se coge ese, se trocea, se guarda el líquido, y se mezcla con la pasta para calentarlo, sin llegar a freirlo y se añade el líquido para que no quede resco. Luego el atún ya mencionado y lo rematas con rúcula, un buen puñado, con cuidado de moverlo, porque es muy finita y enseguida se hace demasiado. Dos vueltas de sarten y listo, casi sin fuego. Lo sacas y lo puedes consumir frío, del yiempo o caliente. Si es en frío, con un chorrito de vinagre de Módena y si es en caliente, le van también unas alcaparras, por ejemplo.
Oye, pues eso te resuelve una comida de túper a las mil maravillas. Con una buena fruta y un chusco de pan para los más muertos de hambre, ayuda a la supervivencia. Y a resolver la güepada de hoy. Qué cosas.
domingo, 27 de abril de 2008
De fotos, zapatillas ramonianas y lo fácil que es leerse unas cositas
Eso casi suena a las matemáticas antiguas aquellas, no se si os suena.Yo aún me acuerdo del día que las abandoné para poner mi materia gris en empeños mejores. Mejores bajo mi punto de vista, no significa que fuese así, pero al menos me gustaba más. La pobre calculadora científica se quedó a medio amortizar, pero, a cambio, ahora se sacar porcentajes y los entiendo. Bueno, ya lo explicaré otro día. Por cierto, tengo unos temas pendientes por ahí, peor no desesperéis, que ya iré haciendo. Así,a vuelapluma me acuerdo de Ocatarinetabelatchitchit, de Calvin o de algunas cosas musicales. De todos modos, como hay confianza, ya me iréis diciendo, que no es plan hacer ahora una agenda.
Venga, va, al asunto.
Resumen.
La bici sin frenos, los libros, dedicados, pero por los lectores, las botas seguras, aunque Los Ramones eran más de zapatilla J'aiber, o como se llamen, que los humildes éramos de copias Victoria, que le inflamaban a uno el ánimo, con ese nombre, el resumen con foto, como está mandado, que es que uno innova y no se le comprende.
Para lo demás, joer, pues no seáis perezosos, pinchad en la columna lateral y os leeis los días perdidos, que a veces soy un poco taladro, lo admito, pero esto tampoco es Guerra y paz, que en media patada, con botas o zapatillas de baloncesto se tiene bien leído.
Bueno, venga, que no llego. Id poniendo que iré colgando. Hasta pronto, feliz semana a todos.
sábado, 26 de abril de 2008
Vecindarios
Animados. Pero en buen plan. Nada de botellón o sarandonga, arroz con bacalao, ya sabemos por dónde vamos.
Me refiero a la cosa elegante, como decían unos, que tampooco es para tanto. Y la otra, que era la experimental y que tampoco, o sea.
Una canción y una historia. Un entretenimiento, y también invitación para si alguien se anima a echar una mano. Bueno, ya está. Me estoy regenerando, hoy no he robado cuadros. Algo es algo. Letrados, intentaré que no hagáis negocio conmigo, de buen rollo.
viernes, 25 de abril de 2008
Arrebato
Una vez le dijeron que tenía aspecto de poeta, pero es que no se había peinado. Si le hubiesen visto los pies, le habrían dicho que parecía el primo tranquilo de Joe Strummer. A veces no le entendían.
Un día dejó de ponérselas. Y se pasó al abrigo. Y a veces olvidaba el peinarse. Pero iba bien. El abrigo, porque en el bolsillo interior podía coger la pluma. De todos modos, a fuerza de ponerla y sacarla, la había forzado un poco de manera que a veces se le caía. A fuerza de agacharse a recogerla, se había terminado por acostumbrar. Menos mal, por suerte no se me ha roto, se decía siempre.
Hasta que se rompió. Y dijo, vaya, mala suerte.
jueves, 24 de abril de 2008
Dos horas (o menos o más)


miércoles, 23 de abril de 2008
Hoy tampoco
Y los tontos, hala, a seguir haciendo de oro a los Lara y esa gente. Pues me parece bastante idiota. Porque el día del libro se debería de celebrar leyendo, me parece a mi. Así que cierro y me voy a celebrarlo. Leyendo.

Rompo el fuego con uno, entre muchos.
El grito de la lechuza, de Patricia Highsmith. Porque me gusta, porque es emocionante, porque da pena y porque a veces las cosas son como en las pelis de cine negro.
martes, 22 de abril de 2008
Los Windsor
Ahora, bueno, hace un tiempo, se los toman a pitorreo, y es que también tienen lo suyo, pero oye, como en todas partes, poco más o menos, que si la pedorra de la Leti, que si la Caperucita tonta aquella de Holanda o de Dinamarca o de por ahi, o que si el canijo de Sarko, con su tacón cubano y tal Que ojito, esto no es cosa de monarrquismos y republucaneces. Mira al Putin de karateka. Un tío del KGB, pasado de vodkas y vestido de karateka repartiéndole leña a un pringado que pasaba por allí. Qué mal rollo.
Bueno, están con un rollo sobre que si el principe Harry o el otro, no se, que se ha cogido un loquileto para ir a ver a la churri y que otro día se fue a recoger al gañán de su tete para irse de picos pardos a una despedida de soltero o a un botellón del Manchester United. Oye, pues deja a las criaturas, que están en edad de hacer un poco el ganso. Y que dejen tranquilo a su padre, que bastante iene con lo de las lechugas ecológicas de Balmoral y todo aquello. Que tú dices, me voy de vacaciones a Benidorm o de find e semana a Palamós y pse. Pero dices nosotros los Windsor vamos a reposar unos días a Balmoral y te quedas más ancho que largo. Y a mi, un tío que se arrea una falda de cuadros y en lugar de parecer una Nancy Rubia que se casa con Alaska sigue elegante y estupendo, pues oy, mis respetos. Y si encima era el niño de sus ojos de la Reina Beffeater, pues a más a más que dicen fatalmente por aquí.
Pues eso, que a ver si no, que se nos llena boca poniéndoles a caer de un burro, pero a ver a quién no le molaría pillarse un Chinook para irde de juerga vikinga -o sajona- con los amiguetes, irse a tomar unas birras con la nena, ¿te subes a mi loquileto? y terminar la pachanga tomándose unas ginebras -ahí yo me pasaría a las Tanquerays, que es como ser del sector crítico, respetuoso en la disidencia- frente a la chimenea aquella grandota de Balmoral, o sea. Y luego, si te traspones, a dormir la taja allí mismo, Tapado con la falda de cuadros. Que tiene pinta de dar un calorcito estupendo. O sea.
lunes, 21 de abril de 2008
Todos esperábamos más, Tomás.
José Tomás es leyenda, con todas las letras y a mi, la verodad, me encanta, pero ahora le voy a dar un poco de leña. Las plazas tiene sus ídolos y tienen también sus fobias. Eso puede que no sea justo, cierto, pero así son las cosas muchas veces. No se, igual Antonio Gala es un fenómeno en ocasiones, pero yo lo tengo, mayormente atravesado. Si no nos insultara, pues mejor, pero para mi que se le ha ido la pelota hace unas temporadas. Y escribe en El Mundo, fíjate tú qué cosas. En fin.
Bueno, lo peor, y con diferencia han sido los toros. en general de estampas más bien bonitas, de pesos correctos pero flojos de fuerza. No mansos, ojo, pero desganados, sin gana de entrar al trapo, soso, vaya. Y en eso, Tomás, toreando de cerca, lento, bajo, pues se luce a lo grande, es la verdad. Algunos le gritaban que eran cabras y no toros, y que a ver si lo repetía con morlacos de verdad. Pero a mi lo que me ha podido es que ha matado fatal.
El año pasado ya mató de pena. Y este, igual. De cuatro toros que le he visto matar, les ha metido no menos de doce estocadas y un montón de descabellos. Y eso se le puede disculpar la primera temporada por la falta de ritmo, forma y recorrido, pero ahora creo que se le debía de exigir bastante más. Por lo menos si le seguimos dando consideración de primer espada, y nunca mejor dicho. Porque de modo mucho más modesto, El Cid estuvo mucho más torero, serio, eficaz y solvente, con un faenón en el segundo que le valió dos orejas. Y el domingo, el Juli, creciéndose y haciendo vibrar con un faenón de muleta muy emocionante y lucido, estoueando justito y con una oreja muy bien ganada. Tomás, si mata, se lleva lo que le de la gana, porque tiene a la gente en el bolsillo. Porque después de tres pinchazos malos, pero que muy malos y dos descabellos tuvo dos ovaciones con la gente de pie. Y eso tampoco es justo. Por mucho que Sabina nos amenace si lo decimos. Pero es que no.
Tal vez el público es demasiado riguroso con Finito, demasiado generoso con Tomás y demasiado poco implicado con los que son menos figuras. Pero eso mejor que lo digan los que más saben. Me quedo con una impresión: que pocos espectáculos, probablemente ninguno exceptuando el furbo, mueven tanta gente. Y que pocos son capaces de arrancar tantas pasiones.
Y dejo para otro día los comentarios marujiles y gamberrones sobre las dos jornadas, que se que os gustan , pero que ahora quedaíia largo y ya tengo sueño. Seguirá, vale.
domingo, 20 de abril de 2008
Sobre la ironía, las series perdidas, el laberinto de los supermercados y cosas de lluvia
La ironía del lunes estaba en la modestia del sabio que conoce sus limitaciones y prefiere callar la boca y dar la palabra al que sabe, frente a la soberbia del memo engreido que pretende dar lecciones cuando no sabe hacer la o con un canuto. Por eso se prefiere a unos y se rechaza a otros, supongo.
Martes
Pues el soplo puede estar en lo cierto. La serie de marras era "Dentro del laberinto". La música me ha sonado y alguna estampilla también. A ver si le doy al pirateo. O mejor no. Que debía de ser muy mala, muy mala. Y según como, mejor un buen recuerdo confuso que una mala aclaración. Ay, qué pesimistón ha sonado esto, ¿verdad?
Miércoles
Los jaicutres fueron un invento chusco que se me ocurrió para llamarle a lo que acontecía en primavera en Ikea: que los compradores florecen por todas partes. Anduvimos haciendo bromas con nuestro añorado Peter y me acordé del asuntop tras repasar unas entradas que llevaba con retraso del amigo EGMáiquez, dolorido y picajoso por lo de los mosquitos, me figuro. Y lo celebré como ha de ser, con ríos de alcohol, que los amigos, el uno, el otro, todos, lo merecen.
Menuda afición hay aquí por los yintonics...
Jueves
Cito a Paco Sánchez a propósito de unos cajeros de super y tal. Pero a quien no recibo por aquí ni por casa con un cheque regalo, carrito cargado o camión de viandas, es al Roig del Mercadona. Pero hombre, con la propaganda que le hago, se podía marcar un detallito.
Viernes
La historia del Vienés. Un planchazo, sin duda. Pero mientras haya material y Marta responda, seguimos.
Sábado
Vamos a montar una franquicia de museos de labrones, como el guguenjeim pero ilegal. O sea, parecido. Pero con calidad, ojo, que ya que le damos al loquileto y hemos implicado a Néstor y sus pleitos, la colección tendrá quee star a la altura.
Pues ya estamos aquí. Velando armas para ver a José Tomás a ver qué tal y mirando al cielo, porque amenaza chaparrón. Y ahora os dejo, que estoy pirateando unas pelis de cine negro y eso tiene mucho peligro, por los tiros que se escapan y las mujeres fatales que te atrapan.
sábado, 19 de abril de 2008
Goyescas y así
A Goya le han revitalizado los modernos sección siniestra o expresionista alemana -pero de esos hay menos, porque se les presupone un bagaje cultural y un ojo artístico que no cunde, porque lo que toca es analfabetizarse y, como mucho la peña ya no ve cuadros sino logotipos. Logotitos, que decía una, que ya dije en el paleozoico de esta protogüep-, porque les ha gustado bastante lo de las pinturas negras. A mi antes me daban un cierto susto y ahora un cierto mal rollo. Que si, que vale que bien que oye, pero gustar, gustar, lo que se dice gustar, pues más bien no.
De Goya me gusta aún más La lechera de Burdeos, que es un pedazo de morenaza de campeonato, iluminada como nunca y rizada como su melena. Las goyescas tampoco están nada mal, ojo. Resulta que ahora dicen que La lechera de Burdeos no es de Goya. Pues será de Burdeos. En cuanto la enganche al loquileto, de mi museo. Y a pasarlo bien.
viernes, 18 de abril de 2008
No es nada

jueves, 17 de abril de 2008
El Yoni
Resulta que encaraba ya la ristra de cajas evitando la tercera, que tiene una columna al salir y no hay manera de dejar el carrito, mientras veía las evoluciones de un dependiente que iba de lado a lado llevando algo en sus manos. Era el cambio, monedicas por billetes, algo así. El Yoni de turno sonreía nervioso y para mi que hasta sudaba, intentando hacerlo muy requetebién para empezar a cosechar méritos. Me puse en su caja.
miércoles, 16 de abril de 2008
Remedio para sedientos (I)
Y se me ha ocurrido este jaicutre doble. Doblemente jaicutre. Un horror, pero sabe bien
El sol se desliza
tarde en la tarde,
se acaba mi botella
Una Tanqueray
un vaso limpio
Disfrutando mi tiempo
martes, 15 de abril de 2008
Aquella serie
La serie misteriosa es una que echaban los viernes por la tarde, diría yo, aunque no me acuerdo, a la hora del café con leche y las galletas de la merienda, lo que os contaba la semana pasada, creo. Era una cosa así como fantástica pero tengo lagunas, ya digo. De eso hace ya un tiempo, porque a ver, en mi tierna infancia ya existía la tele, que tan carcamal no soy, ojo, peor era de la tele aquella cuando sólo había os y encima eran razonablemente buenas. Que tiene tela la paradoja capitalista: a menor oferta, mayor calidad, como si fuese el mejor sueño de un soviet de la campiña checoslovaca, y si emnbargo ahora, con una cierta saturación controlada y otorgada del espectro el producto es una castaña sin posibilidad de remisión. A ver qué día a algun gobernantillo o gobernantilla le da por echarse al monte y permitir que todo aquel que tenga pasta y ganas monte una tele, una radio o lo que le de la gana, con la única condición de cumplir con la Seguridad Social y el Código Penal. Ahora me he ido de la idea.
Resulta que era una serie de jovencitos de todo pelaje y colorín, un negro, una sueca, un gordopilo, tomo muy multitodotal, ya digo, una cosa de ciencia ficción, unos adelantados a su tiempo, que parecen jipiosos de los de ahora. No se qué les pasaba, pero había una cueva, se metían y aparecían en una especie de nave espacial, o algo parecido. Y de allí intentaban volver a sus casas o algo parecido. Luego estaba el puente de mando de la nave que era un sitio tremendo, con manivelas, bombillas y cartón piedra, o sea, como la vida misma en el espacio. Luego uno que veía desde la cueva o desde no se dónde el cottage o como le llamen por esos lares -los británicos, no los marcianos- al chalé de Benalmádena o por ahí.
Hace unos días estuvimos hablando de esto una cuasi compañera de generación y yo y algo nos sonaba, aunqe no fuimos capaces de precisar ni medio dato con sentido. Todo era me suena, me suena, pero ni idea de algo seguro. Bueno, la cosa es que con la tontería echamos el rato y que con esa misma tontería, os he colocado la entrada de hoy. Si es que alguien ha llegado aquí. Si es así, recordad, ojito con meterse en las cuevas que tienen luces raras, que o son una nave espacial o una discotecha chunga. Y si a alguien le suena, que lo comparta. Lo de la nave espacial. O lo de la disco chunga.
lunes, 14 de abril de 2008
Por qué tememos a los unos y deseamos a los otros
domingo, 13 de abril de 2008
La semana veloz (y sin foto)
Lunes, Aurelione Buonasera, el hombre que resistía a los fusilamientos. Oye, un héroe. Martes, qué curioso. El otro día descubrimos la legión de asterixmaníacos y hoy la de galleteros. Viva las galletas. Miércoles, tercer día de la semana, deciado a Third, el cuarto disco de... bueno, es igual, que no os vi muy animados por esa cosa musical. Es lo mismo. El disco me ha gustado mucho y quedo a la espera del inminente nuevo trabajo de Massive Attack. Viva Bristol. Jueves: estaba entre robar el cuadro o soñarlo, ásí que me puse a contarlo. Viva las vacas. Viernes y café, un general que fue capitán, un capitán que será periodista, una historia puede que amarga puede que caliente, puede que sabrosa, puede que añorada, siempre deseada, como el café. Sábado, como hoy, sin tiempo, pero siempre hecho un pincel. Y hasta hubo comentarios; si es que sois unos soletes, jolines.
No pego estampa, por no perder tiempo. Queda abierto el chat.
sábado, 12 de abril de 2008
No tengo tiempo
viernes, 11 de abril de 2008
El sorbo de café
jueves, 10 de abril de 2008
Esto es una vaca
Van Doesburg abstrajo de una vaca una figura cuadrangular, una especie de deconstrucción, como si dijéramos. En eso estaban, en que si la dinámica de los colores, la espiritualidad de la línea, el más acá del trazo y la trascendencia de la composición.
Me imagino, por las pelis, claro, ese tiempo en blanco y negro y con una cierta aceleración en la cámara de manivela, porque a falta de motor, el ritmo es así. Y, allí, en mitad de ese largometraje, un estallido de formas sencillas, de colores básicos, como una ráfaga de modernidad imposible. Entre levitas y bombines, motores antiguos y maquinismo moderno, unas pinceladas puras. Cosas que se me vienen a la mente.

Un día Mondrían pintó algo en diagonal. Es decir, cedió los ángulos rectos y optó por formas de rombo. Y se lió una buena. Al parecer, a van Doresburg le sentó la cosa como una patada en los dientes, se peleó muy duramente contra él y dejó de hablarle. Y el uno siguió con su arte puro y el otro también. Cada cual conforme a su ortodoxia, por así decirlo, a su aire y labrándose su propio camino. Pero no se volvieron a hablar nunca más. Sus caminos, de angulados, intersección de artistas, se convirtieron en paralelas de rivales.
Para el museo.
miércoles, 9 de abril de 2008
Third
martes, 8 de abril de 2008
Las galletas
lunes, 7 de abril de 2008
La mañana
Como no perdonaba salir de casa sin tomarse uno, Aurelione Buonasera, la mañana en que iba a ser fusilado se tomó una buena taza de café recién hecho, sin azucar, calentísimo, que le empañaba las gafas de montura antigua pero pulcras, bien cuidadas, grandonas, feas, pero personales. Aureliano Buonasera no se cuidaba demasiado pero nunca caía en excesos. En su vida, la quietud, la serenidad, el trabajo bien hecho, la calma en el ánimo cuando todo a su alrededor la perdía, le caracterizaba y daba de él una imagen de aplomo, tranquilidad y hasta desapego por las cosas mundanas. Sus únicos excesos, esos cafés matutinos y la chispita de aceite que tomaba de más. Su médico, el que había sido su médico de cabecera los, al menos últimos cincuenta años, le recriminaba lo del café por la presión y esas cosas, muentras le daba unas caladas a los puros que le regalaba el propio Aurelione Buonasera. Menudos consejos me das, Cosimo, viejo amigo. Déjate de amistades y no tomes más cafés. Y le daba otra calada.
La mañana en que iba a ser fusilado Aurelione Buonasera lucía un día radiante y decidió que sería bueno tomar un paseo ya que nunca había sido aficionado a los baños de sol. Esas cosas modernas, las camisas de tirantes como de picapedrero y los calzones caídos de mendigo o de jugador del balón siempre le resultaron poco placenteros a la vista, así que nunca terminó por aficionarse a aquella extraña pasión que envolvió, por aquellos años a su estimados vecinos.
Camino de la universidad, Aurelione Buonasera, la misma mañana en que iba a ser fusilado empezó a recordar cosas antiguas. El crujido de una piedra al partirse le recordó a su pueblo, el camino de la cuesta que llevaba a las casa altas, cómo los carreteros chillaban a los bueyes y a los niños para que se apartasen. El cojo Bondone, al que, según la leyenda le había desgraciado el pie una carreta que le pasó por encima, aunque otros decían que no, que se lo partió cuando huía, recién descubierto por las mozas, por haberle pillado espiándolas cuando se bañaban las piernas en el río. También se acordó de las campanas, de su madre, que cosía, de su hermano, que quería ser soldado y que bebía licor en el casino y de una vez que le metieron en un desván polvoriento, con ratas y bichos por haber hecho alguna trastada. Desde entonces, ese era uno de sus secretos, no gustaba de quedarse en espacios angostos y con poca luz. Años después, cuando trabajaba en una fundición y estudiaba de noche las letras en una academia que mal pagaba, se empezó a aficionar por las películas, y sentía ese cosquilleo tan especial al apagarse las luces de la sala. Nunca supo, a ciencia cierta, si ese cosquilleo era la emoción por ver a las artistas o por su miedo a lo oscuro. Terminó por gustarle el cine de los países del norte.
Ensimismado en sus trifulcas antiguas, la memoria, su vida, no atendió al ajetreo que había en la facultad. Como todos los días, anduvo por los pasillos y se detuvo un segundo frente al Sagrado Corazón de la hornacina que había en mitad de la escalera. Hoy procuraré mejorar, pensó. Y, como cada día, quiso consumar su propósito. Ni se dió cuenta de los tres, cuatro, seis estudiantes que corrieron junto a él mientras estuvo allí parado, escasos segundos interminables.
La mañana en que iba a ser fusilado, Aurelione Buonasera dejó primero el sombrero en lo alto del perchero. Luego se quitó el fular que usaba para no dolerse de los malos fríos que le atacaban la garganta, se quitó su imponente abrigo de espiga y se desabrochó el botón de la americana. Disimuladamente, y dado que era, hasta cierto punto informal, también se soltó los puños de la camisa, so pretexto de garabatear mejor en la pizarra. Nadie nunca se lo hubiese recriminado, pero él siempre pensó que aquello no terminaba der ser elegante del todo.
Buenos días señoritas, les dijo a sus tres primeras alumnas que, frmalísimas, ya estaban sonrientes y lápiz en ristre, dispuestas a tomar notas de la sesión. La mañana en que Aurelione Buonasera iba a ser fusilado, estaba a punto de recibir las primeras descargas, la aplicadísima Frederica Abbaterusso le pidió permiso, ya que aún faltaban unos minutos para que comenzase su clase, para consultarle algunas cosas. Como siempre generoso para con sus pupilos, Aurelione Buonasera concedió la petición de su alumna, y en unos pocos minutos resulto fusilado por las numerosísimas dudas que acerda de la asignatura, las cosas y la vida tenía la, por otra parte bondadosa y responsable, pero algo escasa de luces, jovencita Abbaterusso. Con lo que dan de si cinco minutos más de buen paseo.
domingo, 6 de abril de 2008
Sobre galos, tornillos, toses y el tiempo, que no se dónde lo puse
sábado, 5 de abril de 2008
Rápido
viernes, 4 de abril de 2008
Apurando
Instrucciones para irse a dormir pronto
Apagar la radio. Pero no, aún no, que hay una cosa de política que me interesa mucho y que están comentando los del Gato. Luego llega La Espuela y la grabo a ver. Que hay días que muy bien y otros algo menos, peor oye, no se puede ser brillante en todas las ocasiones. Vale, pues listo.
La cafetera, que no se si me ha quedado o si si, y la preparo la víspera para que, saliendo de la ducha, la encienda, se haga y en cuanto entro en la cocina hecho un pimpollo, esté el café terminando de subir. El olorcito, tal.
El albornoz en su sitio, la toalla en su sitio, un poco de agua por si la tos, cof cof, que los cambios de tiempo me tienen con la garganta hecha unos zorros que en eso soy un poco princesita.
Que si mañana no voy en bici por la tos, cof cof, me echo al macuto la novela esa de Umbral que leo, mal leo, a trozos y casi trastabillado en el apestoso vagón del metro. ¿Por qué no se duchará el personal? Las restricciones de agua. Y una morcilla, que los marranos también abundan cuando corren las aguas a raudales. Unos guarros, ya lo digo yo. Porque iría en autobús, pero es que si pierdes uno, lo menos hay que esperar veinte minutos, peste de transporte público. Nada, que no, que cojo la bici y a la tos, cof cof, que le den morcilla.
Sacar la novela del macuto.
Que novela no es, que es un diario; que como dijo Delibes Paco escribe como mea, con perdón. Pero es que lo dijo Delibes, y yo al jefe le cito con todas las letras, faltaría más. Hay que hacer pis antes de irse a dormir. Que Umbral cuenta en ese diario cómo va viviendo un año, lo normal, y cita dos libros, además del mismo diario, que está escribiendo simultáneamente. Y los artículos de la prensa, y las revistas y tal. Y que eso, hacerlo en serio, es un tostón de campeonato, que así se nos ha puesto de cebón de Prada, nuestro aprendiz de Chesterton, que de tanto echar ocho horas delante del teclado está que no pasa por las puertas. Imagínate el colesterol.
Ay, las llaves. Que la forma de no perderlas es dejarlas en la puerta. Si, están en la puerta.Y en el emepetrés que quería volverme a grabar aquello del G5 que no me acuerdo de cómo se llama, pero que me gustó mucho y que hace tiempo que no escucho. Ay qué pereza, pero voy. Y me acuerdo que la maquinorra está delicadita, que el ventilador va o no va y que tendría que cambiarlo. Y que el emepetrés está a tope porque llevo unos programas piratillas que como la maquinorra está delicadita, cof cof, no he podido copiotearme en un deubedé, así que mejor no grabo y la semana que viene Dios dirá. A ver si me pego una buena siesta.
jueves, 3 de abril de 2008
Miguelangel
Miguelangel buscaba un hueco una, dos veces por semana, según, para acercarse al hogar dle transeúnte, que era un ssitio donde daban sopa boba y donde dejaban dormir tres días seguidos a los transeúntes, a los que no tenían techo donde cobijarse, a los que no tebnían dónde caerse muertos. Miguelangel iba allí, servía comidas, fregaba platos, barría, limpiaba y, a veces, si le daban conversacion, hablaba. Como iguelangel era un hombre d emundo, tenía conversación y gustaba de recolectar experiencias y vidas para su inexistente carrera literaria, los transeúntes buscaban al chico para hablarle de sus cosas. Y Manolo le contaba cómo una mala mujer le había arruinado a vida. Una mala mujer y una mala amistad con la botella de Fundador. Y una señora ala que se le había ido la chaveta y se pintaba las uñas con rotulador y que comía delicadamente las sopas de fideos. Y un chico que ya estaba sin drogas pero que no había recuperado la vida que le decía "déjame, déjame" pientras le impedía que se le llevase el plato, porque era demasiada humillación que ya no pudiese hacer ni eso, echar la monda de la pera, o de la naranja o de lo que fuese, al cubo de las basuras. Miguelangel escuchaba y respondía, serio y tímido, pero siempre claro y veraz, comobuenamente podía. Y luego se volvía a su casa con un nudo en el estómago. Y te lo encontrabas por la calle y decías oye, echamos un café. Y entonces te contaba.
Son ellos los que me ayudan a mi, me hablan, me hacen ayudarles, consiguen que haga cosas buenas, me quieren hablar y me cuentan sus cosas. Y yo, poco puedo hacer, escucharles y decirles que bueno, vale. Pero era más, porque él decía mucho más que eso: estaba allí, volvía, preguntaba por los ausentes, les explicaba lo que había hecho, las cosas. Y le querían, claro.
Miguelangel preguntó por el chico alto aquel. Le salió un trabajo y empezaba ayer. No anteayer, repuso la mujer del rotulador, que parecía ausente pero que estaba a la que saltaba. El de Fundador le dijo ese chico es majo, pero ha de ir con cuidado, que no le pase comoa mi, que se me crruzó una mala mujer y me arruinó la vida... y se quedó callado porque allí no había nada a lo que darle un trago y, como otras veces, unas pocas, se dio cuenta de lo suyo. Ayer se pasó por aquí hecho todo un caballero, porque en la parroquia le habían dado unas ropas. Dijo que igual mañana vendría. No, pasado, que hay lentejas. Pues eso. ¿Y estaba contento? preguntó Miguelangel. Bueno, como todos.
Esa noche, después de terminar unos planos y unos presupuestos que tenía medio atascados, depués de haberse leido el Marca y después de haber hablado con un primo suyo que tenía algo en la vesícula o así, mucho no se había enterado, volvía Miguelangel cansado a su casa. Iba pensando en las cganas con las que pillaría la cama, ya casi saboreando las horas de sueño que le esperaban. Absoro en ese pensamiento ni oyó la puerta abrirse ni vio al joven que salía del Vienés.
miércoles, 2 de abril de 2008
Mi vida en la aldea gala (I)
Pues eso, que llegaba en bici a casa y le he visto. Y me he dicho, no le atropelles o llega Obélix y te da con el mehir. Y mientars estaba sacando las llaves, con la bici apoyada en la puerta (la rodilla sigue molestando, si) le he mirado pasar reflejado en la puerta que, dicho sea de paso, hay que haber tomado dos natillas para abrirla, que el cristal parece de nave espacial, jolines, que no hay quien la mueva. Que llego con la bici, echando el bofe y no hay manera. Y si encima me da la risa floja al ver al irreductible galo, pues no hay manera.
Otro día, siguiendo con los personajes de Astérix, hablaré sobre el corso Ocatarineta que vende trajes en El Corté Inglés. Palabrita que es él.
martes, 1 de abril de 2008
Un día
Si al menos Sting nos hubiese hecho aquel solo de contrabajo en un tugurio infecto de Newcastle o incluso de Portishead...
Luego lo de las bebidas en el Mercadona, que es que parecemos dromedarios resecos, jolines, que no paramos. Cuerpos Fonbella, vaya pimpollos estamos hechos de tanto beber gaseosas y vinitos y cocacolas y demás. Aunque la rodilla me está dando morcilla.Y luego que si los agobitos y que si a ver qué tal lo de hoy. Las hamburguesas y un pepito de lomo que estaba de cuidado.
Je. Ya hemos ganado al lunes. Y por goledada.