miércoles, 13 de agosto de 2008

La leyenda del indomable

Me dice Txispi: oye, que hoy decían que Paul Newman está muy malo, que tiene un cáncer de pulmón y que está fatal. Será un comentario de café, una noticia mla leída, como lo de Morgan Freeman, que casi le daban por muerto y sólo tenía tres costillas rotas. Pero luego resulta que si, que está muy malito, muy malito.

Ni Marlon Brando, ni Ava Gardner, que en lo suyo han sido lo más, como Marylin. Los ojos más increíbles de la historia son los de La gata sobre el tejado de zinc, Paul Newman y Liz Taylor, probablemente los dos actores en pijama más ardientes jamás vistos.
Liz también anda pachucha, pero ella ya lleva así veinte años y tres maridos en ese tiempo, lo menos.


Paul Newman parece ser un buen hombre. Siempre se dice lo de su largo matrimonio con Joanne Woodward, su segunda esposa, lo de la peli que dedicó a su hijo, fallecido prematuramente por las drogas, y lo de que siempre ha sido un hombre de principios. Y encima buen actor, poco prodigado pero gran director y encima guapo a rabiar, que es que quien no le envidie es que no tiene sangre en las venas, joer.

Y ahora se nos ha puesto muy enfermito. Después de un proceso de lucha contra el mal que padece, le han dicho que no hay más que hacer que dejar que la cosa siga porque la ciencia de los hombres no puede más contra la naturaleza. Y, según parece, lo que ha hecho Newman es lo que hacen las grandes personas, los caballeros, los héroes de verdad. Recoger los bártulos, irse a casa, estar con su familia, sus amigos, su gente, sus cosas, sus recuerdos, y esperar, como toda la vida se espera lo que tiene que venir

Ahora, que en España una cuadrilla de golfos y de criminales ha decidido convencernos de que morir dignamente es que un asesino colegiado donde los médicos te drogue hasta matarte -la misma droga que mata al hijo de Newman es la que "piadosamente" libera a la Seguridad Social de gastos superfluos-, Paul Newman, como tantos otros antes, sale y nos demuestra que vivir dignamente también es enfrentarse al dolor y al final con dignidad, en su casa, con sus próximos y con los lejanos que, como yo, estamos más cerca ahora.A mi me gustaría haber sido el Buscavidas, o el perdonavidas de El color del dinero, o el detectve aquel al que corteja sin rubor la ardiente Miranda, hija de la femme fatale aquella, y haberme ligado a Liz Taylor, pero todavía me gusta pensar cómo sigue vivienco, como es capaz de seguir viviendo como un héroe hasta el final.
Que Dios le asista en lo que tenga que venir y que su ejemplo nos sirva para aprender, como el resto de su vida y de su carrera.
Larga e intensa vida.


9 comentarios:

María dijo...

pues te doy toda la razon. Un ejemplo. Un ejemplo guapo y eleganto.... porque mira que es guapo!!

María dijo...

ahora si!!!! rpimer comentario!!!! ¿que me llevo?.....

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

peazo de actor...y guapo, hay que reconocerlo....su leyenda perdurará en el tiempo...saludos

Myriam dijo...

Pues sí es guapisimo y si es verdad todo lo que cuentan de él muy buena gente.

Dulcinea dijo...

Eso sí que es muerte digna. Mis respetos a él y su familia.

Anónimo dijo...

Bien dicho!

Nodisparenalpianista dijo...

Pues si, María, un ejemplo y con unos ojazos!!!

De premio hoy... pues irte al videoclub y a ver El Buscavidas, por ejemplo!!!

Y pedazo de director, Tucci. Peliculón aquella en la que contó lode la muertedel hijo. Un campeonazo. Y guapo a rabiar, oye.

Está muy bien lo que cuentan de él, Myriam. Y parece buena gente. Y a mi me cae fenomenal, ya se nota, ¿no?

Exacto Dulci, pero yo reivindico la vida digna. Incluso terminar la vida así, dignamente.

Paco!!! Honrado con tu visita y con tu comentario!!!

Atiza dijo...

Así es pianista. También a mí me ha dejado touché.
Larga vida, pues Paul. Este es tu año!

Nodisparenalpianista dijo...

Grandes retos para grandes hombres, Atiza. Y nosotros a admirarle.