miércoles, 20 de agosto de 2008

Las olimpiadas perniciosas


Echamos una partida de tenis Txispi y yo. Unas raquetas baratujas del decatlón y un espíritu olímpico digno de mejores empeños. Si es que ya lo digo yo, que esto del deporte es un horror, que ya he visto tres bobos con el bañador de la agüela haciéndose los Maiquelfelps, lo mismo que sus papás, en su día, con el calzoncillo aquél tan así se hacían los Marquespices en Benidorm. Y los mostachos... si es que... También está el Abebe Bikila que me cruzo en la bici, pero eso es distinto, que tal y como está de guarro el suelo Condal hay que tener un par de hígados muy bien puestos para correr descalzo, pero en fin.

A ver quién me dice que no, que el tenis es elegancia y que los jipis y los pulgosos pues para el furbo, el Becam, ese andaluz del Madrí, que para mi que además de poco gusto ha de ser daltónico, no me jorobes. Y luego está Nadal y antes Agassi. Ya no quedan caballeros.

A lo que íbamos. Un ratico de peloteo, joer, pero qué grande es la pista, si es que a mi me va la tierra batida que con el cemento me resiento de la rodilla, amos anda, a ver, y esas cosas. Si es que ya lo decía mi añorado Umbral, que el estilo lo es todo, que en este caso es hacerse un poco el chulo, como cuando Néstor cuenta cosas de la bici. Joer, que fantasmón el tío. Bueno, eso, a recoger la pelota con el pie, que es la única chorrada que se hacer. Y a lo tonto, empiezo a contar. Venga dobles faltas. Vale, ahora cuento.
Si esto lo retransmitiese Arrabal le llamaría el tenispánicooooooo, efatizando mucho la a, que es vocal muy suya, ya lo sabemos todos. Claro que se estaría metiendo unos lingotazos de Jameson que dejaríamos las raquetas y nos pondríamos a cantar las viejas glorias de Eire, y de John Ford y de John Wayne, que si hay que pillarla, pues a lo grande, si señor.

Total, que el primer juego lo gana Txispi con un claro 6-4 aunque un tanto extraño. Pierdo todos mis servicios y le gano mis escasos cuatro rompiéndole los suyos. Tenis pánico, enfatizando la a, ya digo.
En el segundo me empiezo a animar y saco todo lo que llevo dentro. A ver, que nadie piense ni en vomitonas ni en nada parecido, sólo que saco medio apañado, aunque despacito. Total que me pulo a Txispi con un claro 6-2.
A esas alturas nos duelen ya todas las bisagras. Menos mal, sería un horror que el deporte, además, nos sentara bien. Los intelectuales, que somos así. El tenis es cosa de dandis. Seguro que Umbral tenía, al menos algún disfraz de tenista de esos antiguos de Wimbledon, con zapatones en lugar de alpargatas, todo de blanco, así, muy bien, que Nadal es un campeonazo, pero hombre, donde esté un tenista bien vestido, pues mejor.

¿Qué? ¿A por el siguente juego? Vale. Y ahí nos ponemos. Y cuando estágamos tres a uno o así nos retiramos los dos, con dolores en un codo, en la parte de arriba de la pierna que ya no es la pierna pero que también da tirones, en el codo -de tenista, claro- y, para qué engañarnos, hasta en las cejas. Pero oye, sudada total y divertidos. El único punto negro: que Txispi echó una pelota hasta una tapia vecina. Me debe una. Y además iba perdiendo, que conste. Menuda revancha nos espera.

9 comentarios:

Ángel dijo...

Te dejé un par de mail's

Dulcinea dijo...

Por lo que cuentas, sois unos flojos. Y unos aburridos. Porque mira que desperdiciar el tiempo haciendo deporte...

Nodisparenalpianista dijo...

Voy, Ángel.

Las olimpiadas, que le tiene a uno loco, Dulci.

Anónimo dijo...

¡Y dale! ¡qué tozudo! Si me parece bien que lo borres, pero corrige los errores, hombre, que no es correcto alardear de la propia incultura. No entiendas mal la modestia, Allan.

Anónimo dijo...

La verdad...

Lo importante es participar, me dejé ganar y la pelota no está perdida, la tengo bien controlada, a la espera de encontrar la manera de rescatarla.

Nodisparenalpianista dijo...

Oye, Txispi, ¿pero ya se te han pasado los calambres o aún no?
Y para las agujetas va muy bien tomar azúcar o comer dulces, helados, choco, no se...

Nodisparenalpianista dijo...

Quiero decir que va bien para que las agujetas no duelan, o sea que para las agujetas -para ellas mismas, como si dijéramos- va fatal lo del azucarín, creo que está claro.

Dulcinea dijo...

Insisto, unos flojos.

Nodisparenalpianista dijo...

Si, vale, Dulci, pero yo medio gané... hasta que nos crujimos.