¿Un tenis?
Vale, va.
Los últimos estertores de la fiebre olímpica. Qué descanso, hasta dentro de cuatgro años, nada. Además que con la flema y tal, oye, a güiscazos o cervezadas. Eso es deporte y lo demás chorradas. Además, que hasta que el rugby no sea olímpico, no comensa sudar ni gota por esa chorradica. Bueno, va, pues un tenis, vale.
Así que nos ponemos estupendos, con el calzón corto y toda la cosa, una botellica de agua, no se, y nos vamos raudos a la pista. Hala, a pelotear. Y zas, al segundo servicio de calentamiento, Txispi que manda una pelota allí lejos a un tejado vecino. Oye, energía a espuerta. Uy, uy. Vale, si, pero ahora a echarla con más relajo o terminaremos jugando con una alpargata.
Venga, va ¿saco yo? Y arranca Txispi. Me está feo decirlo, pero tengo un resto que pa qué. Y como está un poco atemorizada con esto de echarla fuera, pues nada a quince, nada a treinta, y ¡ay! ¿Ay? nada a cuarenta, le he restado primero a contramano del saque y luego le he devuelto casi en los pies. Total que ha dado una especie de saltico raro y nada a cuarenta con un ¡Ay! de fondo. ¿Qué te pasa? La pierna, un tirón. Jo, vaya, ¿duele mucho? Ay, no, ay, buaaa, no, bien, ay. Joer, lo dejamos, anda, y si querías retirarte porque te estaba triturando, haberlo dicho mujer. Ay, el chiste no surte mucho efecto, pero Txispi, más chula que un ocho dice que nada, que sigue, que a ver. Vale, vale. Saca y me llevo el punto con un resto facilón. La pobre se va renqueando a la parta coja a recoger la pelotita. Joer, anda, que te va a dar algo. Anda, espérate que te saco a cocoletas. Pero el pundonor es lo que tiene. Arrastrando la pierna dice que bueno, que qué rabia, pero que casi mejor lo dejamos. Vale, si, joer, tranqui, que te daré la revancha, pero que esta ya cuenta por victoria mía. Como tengo el bote de la pomada milagrosa a buen recaudo, la pobre traga con mi escuálida victoria, pero oye, la cosa es que los punticos son míos. Y luego con la pomada mejora, pero lo que la devuelve casi toda la fuerza es el cigarro que se fuma con la pata quebrada. No caigo en el momento: tenía que haberlo celebrado con un yintónic, que es cosa nmuy británica, también. Para la próxima.
Ahora a por la otra revancha.
Si es que el deporte de alta competición es lo que tiene.
martes, 26 de agosto de 2008
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6 comentarios:
Claro, tú te entrenas saltando en el trampolín, y nadando en la piscina, y luego te vas haciendo el chulito y dejando noqueados por el camino.
Lo que no entiendo es cómo a alguien se le puede ocurrir perder el tiempo en una cancha de tenis. ;)
a mi que lo del tenis me gusta.... a ver si por reyes cae alguna raqueta y puedo ejercitarlo de verdad.... jajajajaja
Bueno, Dulcil, a Nadal no le va nada mal. Lo importante, sin duda es no perder la salud echando unos tenises.
María, aprovecha, que en el Decatlón, ese sitio que huele a plasticurri y a sudor pero baratico, hay raquetones a menos de diez euros.
Ya te vale!!
El próximo dia cuelgo las pocas pelotas que te quedan!! ( eso se me da muy bien...jeje)
Juasjuas, Txispi, me juego una tortilla!!!!
El tenis es lo que te pega, pianista.
Ahora, de las peloticas que váis perdiendo, son de las que vivo yo, qué quieres que te diga. Me subo a donde haga falta con tal de pillarlas...
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