sábado, 2 de agosto de 2008

El fracaso

O sea que tú te juntas con cuatro colgados y te sacas de la manga la historia de tu pueblo de mentirijillas y pides el oro y el moro porque tú lo vale, o si no verás.

Luego vas y te pules a veinticinco tíos.

No se, por si falta capacidad de abstracción, cada palito sería uno:

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Vale, pues eso, con tu pipa los vas liquidando. Llámalo pipa, coche bomba o lo que sea, no nos pongamos quisquillosos ahora.

Te trincan porque claro, es lo habitual. En el talego te choteas de las familias de los siguientes palitos que van liquidando tus colegas.

Y luego te pones a dieta, y a la calle, que se está más fresquito. Total, caja registradora, te ha salido a ocho meses por cabeza, que a mi me parece muy barato por cargarte a uno. Y es que así son las cosas, si te cargas más, te hacen rebajas. A veces hasta te los regalan, pero sólo si son muy chiquititos, ya sabéis.

Oye, pues las togas es lo que tienen, que te tapan las vergüenzas cuando te has bajado los pantalones hasta las rodillas.

-Bueno, ¿pero de vacaciones a dónde vas?

-Joer, pido otra caña y unas gambicas y te lo cuento... vas a flipar...

6 comentarios:

Myriam dijo...

Pianista, tienes toda la razón con esto no voy a bromear, no tiene ninguna gracia, el tema, le sale muy muy barato matar menuda m.

Nodisparenalpianista dijo...

El fracaso, ya digo, Myriam.
Para vomitar.

Dulcinea dijo...

Ha dicho que las lágrimas de las familias de las víctimas le daban marcha. Ha brindado con champán, en la cárcel, por cada atentado. No sólo no se ha arrepentido, sinó que se vanagloria de ser un matarife.

Matarife, asesino, carnicero y basura. Perdonad mi tono, pero no puedo con esta calaña de hombres de paz. Ni con los jueces que llevan los pantalones a media caña.

Altea dijo...

Fíjate, yo sigo pensando que a cada cual le llega la hora de responder de sus actos. Y no me refiero sólo a los matarifes.
Pillado de sobra lo de cuando son muy chiquitos. Muy buena observación.

Myriam dijo...

No hay nada que perdonar Dulcinea, tienes toda la razón.

Nodisparenalpianista dijo...

Ya, joer, Dulci, si ya lo digo yo, que hay prójimos que amarlos nos va a costar muy caro.

También soy de lo que piensan que a todo cerdo le llega su San Martín. Tengo suerte por tener lectores que las pillan al vuelo.

Pues si, Myriam, tenéis razón. Lástima que no sea lo común. Pero hay que decirlo alto y claro.